miércoles, 8 de julio de 2009

LA CULTURA - EN LOS ULTIMOS AÑOS DE CARLOS A. LOPEZ.

En 1880, la administración estaba servida por jóvenes capaces como José Berges. Luís Caminos, Benigno López. Gumersindo Benítez y otros. Una brillante promoción de poetas y escritores, formada bajo el magisterio de Bermejo y encabezada por Natalicio Talavera, comenzaba a prometer para un futuro cercano, lamentablemente frustrado por la guerra. Pintores jóvenes, como Saturio Ríos, autodidacto y algo primitivo, y Aurelio García Corvalán, de formación académica adquirida en París, comenzaban el cultivo de las artes plásticas. Compañías de teatro extranjeras realizaban giras al Paraguay, como las de Julián García (1858-59) y Pelayo Ascona (1863). El maestro Dupuis y sus discípulos orientaban la natural inclinación musical de los paraguayos Comerciantes y patrones de embarcaciones nacionales y extranjeras nos ponían en comunicación con el mundo exterior. El “Club Nacional”, fundado por los López, fomentaba una sociabilidad cuita y refinada Agentes diplomáticos y consulares europeos y americanos se sumaban a la vida cultural. Decenas de paraguayos estudiaban en Europa y otros viajaban con frecuencia al Río de la Plata.
Con estas manifestaciones de progreso material y cultural, sumadas a la supresión de la esclavitud y del sistema de reducciones indígenas, el Paraguay superaba al fin el orden colonial.

Entre los colaboradores del gobierno en esta segunda etapa, merece especial recordación José Berges (1822-1868), diplomático y hombre de estado de condiciones excepcionales. Dos misiones cumplió con gran altura en el extranjero: en 1856, negoció con el Vizconde de Río Branco, en Río de Janeiro, un tratado que superaba de momento las dificultades que se oponían a unas armoniosas relaciones con el Brasil: y en 1859, conjuez paraguayo para resolver el conflicto pendiente con los Estados Unidos, obtuvo un fallo en todo favorable a nuestro país. Desempeñó la cartera de Relaciones Exteriores en los días culminantes del estallido de la guerra contra la triple alianza, y tuvo a su cargo la dirección del gobierno civil de la provincia argentina de Corrientes, durante la ocupación militar paraguaya. Murió fusilado el 21 de diciembre de 1868.
El más allegado de los colaboradores de Don Carlos fu su hijo mayor, Francisco Solano López (1827-1870) secretario del enviado especial en Buenos Aires en 1843, General en Jefe del ejército enviado a Corrientes en 1845, Brigadier y organizador del Ejército Nacional, jefe de misión diplomática ante varias cortes europeas (1853-54). Ministro de Guerra y Marina, árbitro en la disputa entre la Confederación Argentina y Buenos Aires en 1859. Era hombre de vasta cultura y poseía la mayor biblioteca de entonces. Designado Vice-Presidente por su padre, al morir éste le sucedió en el gobierno y resultó electo Presidente de la República por el Congreso reunido el 16 de octubre de 1862. Su periodo de gobierno se halla casi íntegramente abarcado por la guerra contra la triple alianza. Murió en el campo de batalla, en Cerro Corá, el 1º de marzo de 1870, Sus “Cartas y proclamas” han sido reunidas en libro hace pocos años.
Natalicio de María Talavera (1839-1867), oriundo de Villa Rica, era el más aprovechado de los discípulos de Ildefonso Bermejo. Poeta, novelista y periodista, colaboraba en “La aurora” y el “Semanario”. Al servicio de éste último periódico, fue el primer corresponsal de guerra de la historia paraguaya. Desde Humaitá y Paso Pucú, entre 1365 y 1867, enviaba regularmente crónicas de los hechos de armas; las más importantes de las cuales han sido reunidas en un volumen con el titulo de “La Guerra del Paraguay”. Talavera pereció víctima del cólera, en el campamento de Paso Pucú, a la edad de veintiocho años.
Fidel Maíz-(1828-1919), el canónigo Jaime Antonio Corvalán (1820-1368), el deán Eugenio Bogado, el arcediano Juan Evangelista Barrios, Mariano del Rosario Aguiar y Manuel Vicente Moreno, oradores sagrados, teólogos y canonistas, eran de los miembros más ilustrados del clero. Maíz, que escribió “Etapas de mi vida”, para justificarse de su actuación, y ”Método práctico para aprender la lengua guaraní”, colaboraba en diarios y revistas y compuso una historia eclesiástica del Paraguay. Sus mencionadas publicaciones son todas muy posteriores a 1870. Aguiar se contaba entre los redactores de “La aurora”. Barrios, que murió fusilado con su Obispo, en 1868, era autor de una novela, “Una prima noche de un padre de familia”, aparecida por entregas en el “Semanario”.
El mayor Rómulo Yegros (1817-1866), edecán del brigadier López, lo acompañó en su misión a Europa y dejó un “Diario”, parcialmente publicado años después.
Conviene recordar también a José Falcón (1810-1883) reorganizador del Archivo Nacional después dé la guerra y experto en limites, al Dr. Guillermo Stewart, médico escocés, que fue Cirujano Mayor durante la contienda, y al teniente coronel Jorge Thouson, ingeniero inglés, que sirvió hasta 1868 en las fuerzas nacionales y público más tarde una “Guerra del Paraguay”.

Bibliografía
Efraín Cardozo, “Paraguay Independiente”
Justo Pastor Benítez, “Carlos Antonio López”

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