sábado, 13 de junio de 2009

LA IMPRENTA EN LAS MISIONES. (La primera imprenta en el Paraguay)

La primera imprenta que hubo en el Paraguay y en toda la Cuenca del Plata funcionó en las reducciones jesuíticas. La construyeron en 1700, con maderas duras del país, Los P.P. Juan Bautista Neumann, vienés, Segismundo Asperger, alemán, y José Serrano, andaluz. Estuvo ella sucesivamente instalada en los pueblos de Loreto, Santa María la Mayor y San Francisco Javier, en producción no interrumpida hasta 1767.
Numerosos libros, folletos, tablas astronómicas y láminas, se publicaron allí, tanto en latín y español, como en guaraní. La primera obra impresa fue el “Martirologio Romano’, del mencionado P. Neumann o vidas de los santos, en tres volúmenes, del P. Rivadeneyera, en traducción del P. Serrano Otra aducción de éste, aparece en 1705, fue “De la diferencia entre lo temporal y lo eterno”, del P. Nieremberg, con láminas grabadas por el indio Juan Yaparí, y numerosas otras publicaciones. Otro grabador que debe ser mencionado, además de Yaparí, es el indio Tomás Tilcara.
Es acreedor de especial recordación Nicolás Yapuguay, cacique en el pueblo de Santa Maria la Mayor, que aparece como autor de una “Explicación del catecismo en la lengua guaraní” Santa María la Mayor, 1724) y de un tomo de “Sermones y ejemplos en lengua guaraní” (San Francisco Javier, 1727). Diversos publicistas atribuyeron la segunda de estas obras al P. Pablo Restivo, que la habría firmado con un seudónimo que significarla “el veraz, el que no miente”, Sin embargo, en la actualidad se admite como cierta la existencia de Yapugua y ‘y su paternidad de ambos libros, Este cacique, lenguaraz de confianza del P. Restivo, sabia leer y escribir. Dotado de una inteligencia muy despierta y de una poderosa retentiva, tras oír las prédicas y los sermones, los reproducía por escrito y en guaraní. Tales versiones de memoria, revisadas y corregidas por el P, Restivo — en la misma portada, se dice que el libro fue escrito “con dirección de un religioso de la compañía de Jesús”, se convirtieron en los dos volúmenes que fueron publicados.
Muy importante resulta esta imprenta de las reducciones jesuíticas, si se considera que en Buenos Aires no la hubo hasta 1780 y que en Asunción la primera fue introducida en tiempo de los cónsules López y Alonso.

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